DIA INTERNACIONAL DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO




Hoy, 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Violencia de Género, cosa que quiere decir que alguna cosa no funciona si hay que celebrar un hecho así año tras año. Lo mejor sería que este día no existiera porque ya no morirían más personas en manos de su pareja, mujeres en la mayoría de los casos.


Hoy en día con tanta información todos sabemos el número de mujeres que mueren en el mundo, el número de mujeres que son violadas, el número de mujeres que sufren violencia física y psíquica, el número de mujeres que, se supone, que no dicen nada.

Y son eso, un número en un diario o en un telenoticias,


Y detrás de cada número hay miles de sufrimientos, incontables sufrimientos callados durante muchos años, demasiado para nuestras conciencias. Esto tendría que hacer pensar a los poderes fácticos que se llenan la boca cuando una mujer o una criatura mueren a manos de quien presuntamente la quiere.


Esto ocurre en el mundo, pero si nos centramos en nuestro país hay que decir que hasta hace poco tiempo las mujeres no tenían ningún derecho. En un artículo de Lucía Etxebarría se enumeraban detalles explícitos de lo que ocurría hasta bien entrada la década de los 70:



  • En España, una mujer no podía trabajar sin el permiso del marido.
  • Una mujer sólo podía tener una cuenta corriente siempre que su marido la autorizase.
  • Una mujer que se separaba de su marido perdía la patria potestad de sus hijos, incluso si el motivo eran maltratos.
  • Hasta 1963, el Código Penal Español contemplaba que el marido pudiera matar a su mujer si era adúltera, más tarde ya no era un derecho pero sí un atenuante en caso de asesinato.
  • El padre podía dar en adopción a los hijos sin el consentimiento de la madre.
  • Los maltratos no se podían denunciar, la mujer era tratada de loca por la misma policía, quienes la convidaban a volver a su casa con el maltratador.

Y esta era la vida de muchas de las madres abuelas. Y conviene no olvidarlo.

¿ Qué he querido explicar en este libro?


En primer lugar, contar la realidad que percibía de pequeña en el lugar donde nací.


Nací en una ciudad andaluza en los años sesenta, en un barrio muy pobre donde todo era muy difícil. Las políticas franquistas de la época obligaban a las mujeres a pasarse la vida teniendo hijos, porque el dictador sólo quería futuros soldados para la patria. Y quería muchos.

Y tal y como he dicho, la mujeres entonces no eran nada. Era un tiempo de silencio, de aguantarlo todo sin decir nada, maltratos del marido e intentar criar a sus muchos hijos sin volverse loca. Mi madre fue una de esas mujeres y he querido hacerle un homenaje más que merecido desde mis ojos de niña pequeña.


A partir de aquí arranca esta historia, a veces cruel, porque la sociedad que nos rodeaba era cruel. Ahora está muy de moda hablar de la explotación infantil y parece que olvidamos que hace menos de cincuenta años que en este país los niños no iban a la escuela y muchos de ellos con ocho años tenían que ir a trabajar, donde yo vivía recogiendo aceituna si eran niños y limpiando para los ricos si eran niñas.



Y entre todo esto, ¿qué puede hacer una niña de apenas cinco años que ve y nota todo esto y además le hacen un daño irreparable en su propio cuerpo? Lo que hicieron, seguramente, muchísimas niñas y mujeres que pasaron por lo mismo: desaparecer, huir, de la única manera que se podía hacer, refugiándose en un mundo que les daba aquello que a su alrededor no recibían. AMOR.


En el libro hablo metafóricamente de niñas que desaparecían y a las que nadie echaba en falta. Eran niñas maltratadas y humilladas que sólo podían callar y huir y entrar en una forma de autismo creando su mundo particular con aquello que verdaderamente las hacía felices.


Y como siempre me han gustado los cuentos y la ficción, he querido envolver un hecho traumático en un cuento, no para frivolizarlo sino para intentar dar otra perspectiva y alentar a aquellas mujeres que han pasado por lo mismo porque se puede salir de esa situación y solo de una manera: PIDIENDO AYUDA.




Espero haberlo conseguido y que os guste lo que he escrito.




Gracias al cariño de toda la gente que vino a la presentación



Ricard, personaje de la historia y gran amigo-confidente

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